Algunas ideas radicales
¿Cómo? me vas a cobrar 50k y vas a utilizar la inteligencia artificial? ¡Por supuesto!
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Nos debatíamos entre que te convencieran nuestras ideas claras y te decidieses por nosotros cualquiera que fuera nuestro precio o explicarte por qué este precio es más alto de lo que esperabas.
Hemos decidido lo segundo, pero antes de hacerlo te quiero decir de frente también, que vamos a utilizar IA en el diseño de tu web.
Ahora verás como las dos cosas tienen que ver.
Las marcas transmiten su personalidad en carteles, packaging, webs o interiores de oficinas o tiendas.
Se puede decir que los diseñadores dominamos un idioma, el lenguaje gráfico. Podemos traducir algo intangible (una idea, sensación, personalidad) a un diseño que es tangible y concreto.
Cuando recibimos un encargo pasamos tiempo en esa fase de traducción.
Hacemos brainstorming, seleccionamos, definimos colores, imágenes, texturas que nos ayuden a traducir las sensaciones e ideas que son la personalidad de la marca y que queremos pasar al mundo real.
Lo importante aquí es que la selección de esas imágenes colores y texturas, esos mundos salen de nuestras entrenadas cabezas de diseñador.
A partir de ahí, una herramienta inteligente me va a ayudar a combinar esas ideas de forma mucho más exhaustiva de lo que podría hacer yo. Puede sugerirme caminos a los que no hubiera podido llegar nunca por mi misma.
Esto solo puede ser bueno. Y estamos muy lejos de afirmar que la IA ha pensado por mi. Trabaja de forma muy eficiente después de que yo le haya pasado mi enfoque único.
Si algo es obvio es que vamos a tomar el camino de reducir cualquier trabajo tedioso y mecánico que una máquina que pueda resolver.
Por ejemplo, la parte técnica que lleva diseñar una web se ha simplificado mucho y ¡por supuesto que utilizamos todas estas ventajas!
Lo que queremos es pasar más tiempo en la fase inicial de creación, que llega en exclusiva desde nuestras cabezas sin IA y que es lo que verdaderamente determina el resultado, el diseño.
Deja de conectar el precio de diseño a lo que me cuesta diseñar.
Un razonamiento que se hace para valorar el precio del diseño de una web, es que cuanto más avance la tecnología más barato debería ser.
Podrías pensar: si tu hosting te da una herramienta que te deja diseñar webs tu mismo fácilmente y gratis, no tiene sentido que alguien te pueda cobrar 50k por ello. ¿No?
Arriba te decía que dejes de conectar el precio del diseño al tiempo que me cuesta trabajar. O a las facilidades que tengo para trabajar.
Y ahora te digo con qué hay que conectar el precio de un diseño.
Imagina una empresa que tiene una sede física: tiene oficinas, o tiendas, empleados, embalajes, rótulos, etiquetas, campañas de publicidad en medios, esponsorizaciones. Es la versión física de la empresa. La ves, la sientes y te has creado una idea de ella.
Ahora llega internet y te permite poner tu empresa delante de un montón de personas que nunca la vieron físicamente, que no la conocen de nada. Lo hacemos a través de una cosa llamada web.
Si tuvieras que hacer llegar todas esas impresiones de tu empresa a quienes no la conocen ¿te conformarías con que se llevara una leve impresión ¿te conformarías con darle un tríptico, un folleto que describa tus servicios, hable de ti y diga como contactar contigo?
Las webs que ves cada día son el equivalente a trípticos, folletos de una empresa. Claro que el precio no puede ser elevado. Son una versión muy pobre de una empresa.
Recuerda que eso es lo que ven los que no conocen nada de tu empresa. ¿No deberías exigirle algo más a esa web?
Si esa web es todo lo que ven de ti, deberías pedir que, como algo fundamental, esa web transmitiese la personalidad, el espíritu, la onda única de tu empresa a quien la viese. No solo los datos: la personalidad. Una web así diseñada genera conexiones emocionales más fuertes con los usuarios.
No querrías fotos genéricas, ni tener una web parecida a la de otro. No querrías que se pareciese a la de nadie.
Quien diseñase esa web usaría todos los medios que existieran en ese momento para transmitir: texto, foto, video, audio, dron… lo que sea. No se limitaría a usar ese pergamino desenrollable de texto que todos usan.
Querrías que tu diseñador estuviese la mayor parte de su tiempo de diseño en la zona creativa del proceso. La que traduce lo intangible (la personalidad) a un diseño concreto. Para que diese lo mejor de sí mismo y la web fuera el máximo reflejo de el universo de tu marca.
La que construye una sede digital de tu empresa diferente a las demás.
Es esa sede digital la que tiene un precio de 50k.
Ese precio corresponde a ese trabajo muy diferente al de ese folleto digital, que por cierto: normal que tenga un precio tan bajo, se corresponde a la representación que ha creado de tu empresa.
Y eso es todo.
Al final elegí explicártelo porque además del precio has entendido para qué debería servir una web.
Por cierto, no utilizo la herramienta gratuita que te da tu hosting para hacer una web fácilmente porque es demasiado básica.
Leave your email down below, and I’ll send you:
The radical ideas that other designers dare not implement and are precisely what make designing websites a breeze.
It’s often frustrating, confusing, and tedious to be on the lookout for a good web designer.
Especially after having had regrettable experiences in the past.
And I get why.
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Here are some things that often go wrong when designing a website. See if any sound familiar to you.
- Endless website revisions that drag on infinitely.
- Aspects you didn’t like that were never fixed or solved. Those ugly, untied loose ends.
Mediocre results. - Not knowing how to access your website to make changes and developing an aversion to it.
Site turns out obsolete, and becomes outdated in no time. - Reaching a point where you don’t want to give out the URL of your website out of pure embarrassment.
But, as true as this may be, your company still needs its website (and you have to handle that yourself).
My name is Elena Ferrer, and a I’m a web designer.
I had to come up with a way to work that is very different to that of my designer colleagues.
Because, for me, it had all become unbearable.
Do you want to know why your web design experiences have gone so wrong?
What I’m about to tell you is the result of 15 years designing websites (while suffering my way through.)
My clients loved my work. I wanted them to be comfortable, so I made sure to make the experience nice and easy for them.
Every project started off just right, but as revision rounds went on, the designs became progressively worse. Tension and defensiveness arose between me and my client.
The situation was uncomfortable for both of us.
I didn’t understand how things got so complicated when we started off so well.
Somehow, clients ended up leading my design process.
And it wasn’t just happening to me. Most, if not all designers complain about the same thing.
Jokes about us designers being slaves to our clients. «10 client requests that drive you crazy» Listicles.
Everyone accepted it as an occupational hazard.
It ruined my life and business.
I refused to put up with it anymore. I didn’t find solace in joking about it either.
For me, the issue was a serious one. Good designs turned bad, deadlines stretched into infinity, and both me and my client ended up irritated.
I had to make changes.
My first idea was this:
In midst of design work, the moment I realized something was going wrong, I would write down what was happening and how I felt about it at that moment.
Especially how it made me feel.
I wrote it just as it came to me, full caps lock, all typos included. I wanted to read it after finishing the project to feel all of that anger and frustration again.
After finishing the job, I’d read my ‘’sh*t that went wrong’’ list. I could feel it all with intensity again, and that encouraged me to think of solutions.
I concluded that I didn’t like designer/client relations as everyone understood them.
Nor did I like the process of designing as everyone understood it.
I took a leap of faith and implemented several, radically different ideas.
I had to do things the exact opposite of everyone else.
Only then did I get rid of what made designing websites a nightmare for both designers and clients.
I tested my method on several web projects.
It worked. It was just a couple of simple ideas.
The challenge being that, while they were simple, you had to be brave to implement them.
I was happy, proud, and ready to share this valuable info with other designers.
What I didn’t expect was…
They loved my ideas and listened with great interest.
But… they said they didn’t dare. They couldn’t do that to their clients.
Even knowing the result would be better for everyone (AND that it would make them more money).
They were afraid.
One of the ideas that alarmed them the most was the pricing.
For me, the price of websites for businesses should start at 50k.
The reason for it makes so much sense that once you read on it, it will suddenly seem obvious.
You will find why i chose this price and the rest of ideas that terrified my designer colleagues in this pdf.
I’ve compiled the changes that allowed me to seamlessly design websites into this pdf.
Leave your email down below, and I’ll send you:
The radical ideas that other designers dare not implement and are precisely what make designing websites a breeze.